Un 50% por debajo de los máximos

¿Las medidas ‘desesperadas’ de China sirven para impulsar al alza sus bolsas?

Mientras el CSI 300 cae un 41% desde sus máximos de 2007 y el Hang Seng cotiza un 50% por debajo de su nivel más alto en 2018, los inversores reclaman una reforma de política fiscal de calado para reanimar sus mercados

Medidas China
¿Las medidas ‘desesperadas’ de China sirven para impulsar al alza sus bolsas?
Nerea de Bilbao (Infografía)

De dragón rojo a cisne negro. Desde el estallido de la pandemia, China está viviendo una pesadilla prolongada. Las cifras de crecimiento de doble dígito a las que había acostumbrado al mundo ya no se ven. La gran reapertura tras la rígida política Covid cero tampoco se ha notado. La debilidad de su economía no se nota solo en su tasa de crecimiento sino también en sus mercados financieros: el Hang Seng se deja un 4,69% en el año y sigue un 50% por debajo de sus máximos de 2018, mientras el CSI 300 cae un 0,59%, y cotiza un 41% por debajo de sus máximos históricos de 2007. Las autoridades monetarias adoptaron diferentes medidas para levantar su economía y el ánimo de los inversores. La última este martes con el recorte histórico del tipo de interés de referencia de las hipotecas, la bajada más grande desde que esta referencia fue creada en 2019. Sin embargo, los mercados no se inmutaron.

El Banco Popular de China ha optado este martes por un recorte asimétrico de los tipos. La tasa a un año, de referencia para los prestamos entre empresas, se ha mantenido sin cambios (en el 3,45%), mientras que ha recortado unos 25 puntos básicos el tipo de interés a cinco años, vinculado a los tipos hipotecarios (del 4,20% al 3,95%). Este recorte fue mayor de lo previsto según los analistas de Citi que, si bien estimaban recortes superiores respecto al consenso, tan solo preveían una reducción de 15 puntos básicos. 

Esta medida permitiría reducir las tasas mínimas de hipoteca para los compradores de viviendas y a la vez estimular la demanda de apartamentos a medida que los precios caen. El objetivo de la autoridad monetaria es aliviar la crisis inmobiliaria en la que está sumergido el gigante asiático y que no solo está lastrando su crecimiento, sino que está generando temor entre los inversores internacionales que prefieren optar por otros mercados ante la incertidumbre que rodea al país, tras la quiebra de promotoras tan importantes como Evergrande y Country Garden

Sin embargo, los analistas ven esta nueva medida como un simple parche. Joaquín Robles, analista de XTB, es tajante. “Este sector representa alrededor de un quinto del PIB, por lo que es necesaria una estabilización para que la economía pueda recuperar la confianza de los inversores. Los mercados siguen demandando estímulos más contundentes y coordinados. La crisis inmobiliaria no se resuelve solamente abaratando las hipotecas”, espeta. Los analistas inciden en la necesidad de adoptar reformas estructurales que vayan más allá de los estímulos monetarios. “Los inversores se han cansado de esperar y ya no quieren invertir en función a expectativas”, asegura Robles. 

Un impulso fiscal ambicioso es lo que reclaman los mercados para solventar la crisis inmobiliaria y dar un mensaje contundente. Almudena Benedit, responsable de carteras de Julius Baer en España, se muestra firme. “El de China es un problema estructural severo que va a tener difícil solución salvo con una política fiscal importante y agresiva, como la que se vio en Occidente durante la pandemia. Las medidas de hoy no son suficientes”, asegura la experta.

Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, reitera que China padece de una falta de respuesta monetaria y fiscal adecuada, mientras la errática política regulatoria en sectores clave ha agravado el pesimismo. “Aunque las valoraciones relativas de las acciones chinas se encuentran en mínimos, los inversores dudan de la voluntad de apoyo fiscal a gran escala. De hecho, desde enero de 2019 el índice S&P 500 ha llegado a sumar alrededor del 27% mientras que el MSCI China ha llegado a perder un 58%”, explica el experto.

Para contrarrestar la sangría bursátil, el Banco Popular de China anunció el pasado enero un paquete de hasta 255.000 millones de euros destinados a movilizar cuentas en el extranjero de empresas estatales como parte de un fondo de estabilización para comprar acciones de China continental, además de otros fondos locales destinados a la compra de acciones. Asimismo, volvieron a imponer restricciones a fondos mutuos y empresas de valores para que no vendan acciones para intentar estabilizar el mercado.

Este tipo de medidas, según los expertos, distorsionan al mercado y, junto a la dureza del gobierno hacia el sector privado, han mermado la confianza. Stephen Li Jen, Ceo de Eurizon SLJ Capital, explica que las empresas privadas necesitan tener la seguridad de que Pekín aún las valora y les permitirá prosperar sin ser atosigadas. “Pekín ha tomado medidas enérgicas contra las empresas y los empresarios de éxito con el argumento de que China se ha vuelto desigual y, para lograr dicha igualdad, los ricos deben rebajar su posición con respecto al resto”, explica Jen. Hasta que las autoridades no cambien de rumbo, los mercados de renta variable seguirán infravalorados.

La única vía para recuperar la confianza de los inversores es adoptar políticas fiscales y cuasifiscales, según los analistas de Citi. La próxima reunión del gobierno de la República Popular de China el 5 de marzo representará una prueba de fuego para la economía del país. “Esperamos un objetivo de crecimiento en torno al 5% y un paquete fiscal expansivo con un déficit presupuestario del 3% del PIB, un billón de renminbi en bonos del gobierno chino y 3,8 billones de bonos de gobiernos locales”, afirman los expertos. 

Asimismo, los analistas se esperan una inyección de un billón de renminbi en PLS, eso es, un instrumento de política monetaria dirigido a proporcionar financiación a largo plazo y a bajo coste para apoyar a sectores clave y débiles de la economía nacional. En cuanto al sector de la vivienda, el gobierno debería seguir garantizando el apoyo financiero a lo promotores inmobiliarios incluidos en la lista blanca, es decir, aquellos que pueden recibir financiación por parte del Estado, aliviando así la crisis de liquidez en la que está inmerso el sector.

Mostrar comentarios